Ha llegado el momento que tanto estabas esperando: después de meses ahorrando, ¡por fin has juntado una cantidad razonable de dinero para comprarte un receptor AV! Pero ahora viene otro paso complicado: saber qué receptor AV es mejor para ti. Y es que, con todos los modelos y marcas que hay en el mercado, cada uno con sus propias características, no es una decisión fácil de tomar… Y no querrás malgastar ese dinero que tanto te ha costado ahorrar en un producto que luego no cumpla tus expectativas, ¿verdad?
Por eso, hemos creído conveniente crear este artículo, en el que, utilizando un lenguaje sencillo y sin demasiados tecnicismos, te explicaremos en qué hay que fijarse para elegir un buen receptor AV para el salón de tu casa. De este modo, podrás comprar con la tranquilidad de estar invirtiendo tu dinero en un producto 100% satisfactorio. ¿Empezamos?
Qué receptor AV comprar
Como ya hemos dicho (y es algo que puedes comprobar fácilmente si echas un vistazo al mercado), en la actualidad hay un sinfín de marcas que pugnan por hacerse con el mayor número de ventas del sector, con un elevado número de modelos diferentes cada una. Este tipo de competencia siempre es buena para el usuario, ya que nos brinda la posibilidad de encontrar mejores productos a menor precio, pero también trae consigo un problema muy evidente: la dificultad de saber qué receptor AV elegir.
Para ir sobre seguro, lo mejor es fijarse en unos determinados factores , que nos ayudarán a dar con el modelo que más se adapte a nuestras necesidades concretas. A continuación, repasamos esas características en las que hay que fijarse para elegir un buen receptor AV:
- Tecnología de audio: un receptor AV debe ofrecer la mejor calidad de audio posible al usuario, por lo que será importante que ofrezca compatibilidad con los formatos de audio más sofisticados del momento, como Dolby Atmos, DTS:X, etc. Igualmente importante será poder conectar las fuentes de sonido que vayamos a utilizar de forma óptima, utilizando cables y conectores idóneos para ello, que no supongan una pérdida de calidad.
- Tecnología de vídeo: un receptor AV no solo sirve para disfrutar de buen sonido… Al ser el centro neurálgico de los contenidos multimedia del hogar, también debe brindar una calidad de imagen sobresaliente. Aquí entran en juego aspectos como la resolución a la que puede trabajar y los formatos de vídeo compatibles. Por ejemplo, una resolución 4K, que es el estándar actual en la mayoría de televisores modernos, será lo ideal. También podemos adelantarnos al futuro y adquirir un modelo que también pueda utilizar resoluciones 8K, para cuando el mercado esté preparado para ello. Algunas características de vídeo, como el HDR10 o el Dolby Vision también serán bienvenidas. Y, como en el punto anterior, también es importante asegurarnos de disponer de las conexiones necesarias para disfrutar de cualquiera de nuestras fuentes de vídeo, sin pérdida de calidad.
- Conexiones: uno de los objetivos a la hora de adquirir un receptor AV para el hogar es el poder convertirlo en un auténtico centro multimedia, a través del cual, podamos disfrutar de todos nuestros contenidos audiovisuales favoritos. Por tanto, querremos tener conectados todos los dispositivos que utilicemos habitualmente para nuestro ocio, como el reproductor de DVD, el reproductor de Blu-ray, el decodificador de TV, un par de videoconsolas o incluso un tocadiscos. Pues bien, para ello, tendremos que asegurarnos que el receptor AV elegido cuente con el número y el tipo de conexiones que vayamos a necesitar.
- Canales: el número de canales de un receptor AV equivale al número de altavoces que podremos conectarle para crear una experiencia de sonido envolvente. En los modelos 5.1, podremos conectar 5 altavoces y 1 subwoofer, mientras que en los 7.2, podremos utilizar 7 altavoces y 2 subwoofers. Como consejo, te diremos que, aunque ahora solo dispongas de 5 altavoces, intenta adquirir un modelo que pueda trabajar con más canales, para así estar listo en caso de que, en el futuro, quieras ampliar y mejorar tu sistema de sonido surround.
- Potencia: la potencia es uno de los datos que más se publicitan en estos aparatos, pero ojo porque suele tener trampa… Puedes ver modelos que digan que tienen 7 canales con hasta 150 W de potencia por canal. Lo que no significa que los 7 canales ofrezcan 150 W de potencia cuando funcionen a la vez (eso sería una burrada). Lo normal es que los 150 W de potencia los rinda cuando solo uno de los canales esté activo, y dicha potencia irá descendiendo a medida que se sumen otros canales. Podría ser que de esos 150 W que se anuncian, la realidad sea que, cuando están los 7 canales activos, se emplee una potencia de 60 W en cada canal.
- Consumo: un modelo que cuente con un modo «ECO» puede ser interesante. Este consiste en que, cuando se reproduzcan sonidos a un volumen bajo, el equipo pasa a un modo que consume bastante menos energía y que hará que se caliente menos. Cuando el aparato detecte que necesite entregar más potencia, automáticamente sale del modo ECO para ofrecer siempre un rendimiento óptimo.
- Streaming: disponer de conectividad Bluetooth o WiFi puede ser un aliciente a tener en cuenta. De este modo, no solo podrás actualizar el equipo con nuevas funciones y reproducir contenidos, por ejemplo, desde tu teléfono móvil; sino que también podrás beneficiarte de algunos servicios de contenidos online, como radio de Internet, Spotify, Deezer, Amazon Music, Tidal y muchos más.
- Facilidad de uso: la instalación y el manejo de un receptor AV no siempre son tan intuitivas como nos gustaría. Especialmente, si es la primera vez que nos enfrentamos a uno de estos aparatos. Por ello, puede resultar interesante que el modelo elegido cuente con ciertas «ayudas», como un modo para calibrar el sonido de los altavoces de forma automática en función de su posición en la sala, o la compatibilidad con los controles de voz mediante asistentes virtuales como Alexa o Google Assistant.
- Marca: escoger un fabricante de prestigio (Denon, Marantz, Sony, Pionerr, Yamaha, etc.) siempre será mejor que apostar por marcas desconocidas. No solo nos aseguraremos un producto mejor en la mayoría de los casos, sino que también contaremos con servicios más eficientes (servicio técnico, componentes de repuesto oficiales, asesoramiento online, etc.).
- Precio: finalmente, también habrá que valorar el precio de los receptores AV. No es ningún secreto que, en este mundillo, la calidad se paga, por lo que, si queremos un modelo muy bueno, también tendremos que invertir bastante dinero. Lo mejor en estos casos es fijarse un tope presupuestario, y ver cuál es el modelo de mejores prestaciones que se pueda adquirir por ese dinero.
Como has podido ver, teniendo en cuenta todas estas variables, no resultará tan complicado ni abrumador el poder elegir con tino un buen receptor AV. Te invitamos a que te pases por la sección de nuestra web dedicada a estos aparatos, donde encontrarás guías de compra de los diferentes tipos y marcas que se pueden encontrar en el mercado. ¡A ver si encuentras tu modelo perfecto!