A la hora de adquirir e instalar un nuevo equipo de sonido en casa, todos prestamos especial atención a las características del propio equipo y de los altavoces… Sin embargo, solemos pasar por alto la calidad de otro elemento que también es clave para disfrutar del mejor sonido posible: el cable. ¿Cómo han de ser los cables para altavoces?
Debes saber que, incluso con el equipo más potente y los altavoces de más alta gama, no podrás conseguir la máxima calidad de sonido si no lo combinas todo con unos buenos cables para altavoces. Y es que, al fin y al cabo, serán estos cables los que se encarguen de llevar la señal de audio desde el equipo hasta los altavoces…
¿Qué cables para altavoces comprar?
Comprar los mejores cables para altavoces posibles siempre será una garantía a la hora de poder extraer el mejor sonido de nuestro equipo. Pero, claro está, para eso debemos saber qué características son importantes o qué tipos de cables hay en el mercado. Solo así, podremos elegir con garantía de acierto…
A continuación, repasamos algunas cuestiones y características que deberías tener en cuenta para saber cómo elegir cables para altavoces que estén a la altura de tus expectativas. Toma nota:
- Longitud: el primer paso será calcular la longitud de cables que necesitas. Para ello, tienes que medir todo el recorrido que tendrá que hacer el cable desde el equipo de sonido hasta los altavoces. Deja siempre algo de longitud extra por si acaso.
Es sí, ten en cuenta que cuanto más largo sea el cable, más atenuación vas a tener en el sonido, por lo que siempre es preferible acercar el equipo a los altavoces, antes que tener que recurrir a cables demasiado largos. - Impedancia: este es un dato que debes extraer de tus altavoces. Saber la impedancia de estos para adquirir los cables apropiados. En la actualidad, la mayoría de altavoces del mercado tienen 4 u 8 ohmios de impedancia.
- Calibre: el calibre o sección de un cable viene indicada en milímetros cuadrados en le propio cable, y es la medida correspondiente a la superficie de la parte metálica sin contar el recubrimiento aislante.
En el ámbito doméstico, lo más habitual es utilizar cables de 1,5 mm cuadrados o de 2,5 mm cuadrados. - Materiales: en este apartado, encontramos 3 materiales diferentes en la composición de los cables, cobre, plata y oro, siendo los primeros los más baratos y los últimos los más caros. La principal diferencia entre ellos es que cada uno de estos materiales presenta una tolerancia a la oxidación al aire diferente. Y, claro está, nadie quiere que un cable oxidado nos estropee la señal de sonido, ¿verdad?
- Biwire o single: en función del número de entradas de los altavoces (una o dos), tendremos que decantarnos por cables biwire (cable doble) o cables single (cable sencillo).
- Conectores: finalmente, toca escoger los conectores o terminaciones de los cables, que serán los puntos que van en contacto con los altavoces. Escogeremos en función del tipo de conector del altavoz.
Para los conectores de clip, podremos elegir cables pelados o conectores de tipo pin. Para conectores de rosca, podremos optar entre cables pelados, conectores de banana o conectores de garfio.
En adición a los puntos comentados anteriormente, debemos hablarte también de los llamados cables libres de oxígeno (o cables OFC), que es un cable flexible, transparente y que se caracteriza por que es más resistente a la oxidación que los cables de cobre, plata y oro. Esto le confiere unas propiedades excelentes para conseguir un sonido de calidad superior. Por tanto, suele ser el cable escogido para los equipos de más alta gama.
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